Y como cada mes, regresa mi sección sobre estilo de vida a Somos Malasaña y en esta ocasión os hablo de mi experiencia personal sobre cómo me inicié en el vegetarianismo, algunas falsas creencias y por supuesto, recomendaciones para llenar la cesta de la compra si vives en el barrio. Espero que os resulte de ayuda si estáis en ese proceso de transición y para cualquier duda, ya sabéis que os leo en redes sociales o en los comentarios.
Si tú eres una de esas personas que sigue una dieta vegetariana, seguro que habrás escuchado muchas veces frases del tipo “uy, pues seguro que tienes una analítica terrible”, “dejas de comer carne y tomas suplementos, pues eso no creo que sea bueno”, “¿y si algún día te quedas en una isla desierta sin posibilidad de volver a la civilización tampoco vas a comer pescado?”, “¿y qué problema hay en tomar huevos camperos si esas gallinas viven mejor que tú y que yo?”, “¿entonces te preocupan más los animales que las personas que están haciendo ropa en talleres clandestinos?”, “¿y si hay un accidente y solo pudieses salvar a un bebé o a un perrito, a quién escogerías?”. Os suenan, ¿verdad?