«LAGUNAS»
Autora: Sarah Hepola
Editorial: www.pepitas.net
246 páginas, tapa blanda con solapa
Sarah Hepola ha colaborado con The New York Times Magazine, New Republic, Glamour, Elle, Slate, The Guardian y Salon, donde trabaja como editora. Ha escrito sobre música, cine y viajes, ha sigo bloguera de sexo, columnista de belleza y profesora de Lengua. Actualmente vive en Dallas.
Para Sarah Hepola beber significaba ser libre, era parte de su derecho a ser una mujer fuerte y moderna del siglo XXI. El alcohol era «la gasolina de toda aventura», su llave para ser más divertida, más atractiva, más ingeniosa, el silenciador de ese metrónomo que resonaba en su cabeza y ponía de manifiesto su confusa e imprefecta naturaleza. Sin embargo, a menudo se despertaba con lagunas y pasaba las mañanas tratando de reconstruir las horas previas: «¿Qué dije anoche? ¿Quién es este tipo? ¿Dónde estoy?».
Lagunas es un libro escrito con una sinceridad inperturbable y un humor sutil. Es la historia de una mujer como cualquier otra, una mujer que inicia a tientas una nueva aventura: la de dejar de beber para encontrar de nuevo su lugar en el mundo; para reconciliarse consigo misma, con su vida pasada y con lo que está por venir.
Recuerdo – mejor dicho, no recuerdo – mi primera y única gran laguna. Yo todavía vivía en A Coruña y estaba en la universidad; había salido con la que por aquel entonces era una de mis mejores amigas y habíamos decidido ir a tomar licor café a un bar que tenía una reputación un tanto dudosa. Decidimos quedarnos en la barra, porque la idea era tomar un chupito e irnos a otro sitio, pero uno se convirtió en una botella entera. De esa noche tengo una sensación borrosa de euforia en mi cabeza, de hablar con mucha gente y de sentir ansiedad por divertirme. Lo siguiente que recuerdo es levantarme por la mañana en mi cama, mirarme al espejo y ver que tenía una herida sobre el labio en forma de bigote hitleriano y la columna vertebral totalmente raspada. Y con esa clase de preguntas de las que habla Sarah en Lagunas – propias de cuando te levantas sin saber ni dónde estás ni cómo has logrado llegar a tu casa – pude llamar a mi amiga y descubrir que la noche anterior mi euforia me llevó a salir corriendo del bar y que le resultó imposible alcanzarme. Lo que sucedió en esas horas que para mí no existieron, es todo un misterio. Esa fue la última vez que tomé licor café.
Os confieso que tuve que empezar Lagunas hasta tres veces para ser capaz de terminarlo y no porque sea una lectura complicada o porque me resultase aburrido, sino porque me generaba una sensación muy desagradable, una mezcla entre pena, ansiedad y empatía que me impedía pasar de la página 40, pero una vez que he logrado llegar al final – encontré en unas vacaciones en la playa el lugar y el momento perfecto para disfrutarlo – debo confesar que lo que realmente me impedía leerlo es que, aunque no en un grado tan elevado como el que cuenta Sarah Hepola, me sentí tremendamente identificada con algunos momentos, vivencias y sensaciones y estoy segura de que si tú también decides leerlo, será difícil que no te pase lo mismo.
Lagunas no es un libro para dejar de beber, ni siquiera es un libro con moralina, pero es precisamente eso lo que hace que te plantees sin apenas quererlo la relación que tenemos en general con el alcohol y lo normalizado que está en la sociedad. Un testimonio en primera persona en el que Sarah Hepola se desnuda para contarnos de una manera real, cruda e incluso a veces divertida, cómo consiguió desvincular el alcohol de su día a día. Un relato sincero que posiblemente te haga recordar esos momentos que, aunque no siempre hayan terminado en laguna, sí habrán evocado en tu cabeza un «trágame tierra» después de haberte bebido una copa de más.
Una vez hayas encontrado el momento adecuado para comenzar a leerlo, no podrás dejarlo.
* Si después de leer Lagunas te quedas con ganas de más, en internet puedes encontrar muchas entrevistas a la autora.