He dudado mucho sobre si escribir este artículo o no porque posiblemente vaya a ser el más impopular que vaya a haber en mi blog hasta el momento, pero a pesar de ser una opinión personal, está basada en la ley y creo que merece la pena abrir este debate en el que espero que todos podamos ser respetuosos en los comentarios, estemos de acuerdo o no con las opiniones que surjan.
El caso es que desde hace un tiempo han surgido cuentas (principalmente en Instagram) que aunque nacieron de una denuncia social en la que sus creadores pretendían dar a conocer las malas condiciones a las que nos tenemos que enfrentar día a día los vecinos de la zona centro de Madrid, creo que han sobrepasado los límites: la suciedad, el ocio nocturno, los conflictos callejeros o algunas actividades ilegales se han convertido en las protagonistas de sus publicaciones y hasta aquí todo bien; el problema es cuando en la imagen aparecen los rostros de personas que no saben que están siendo grabadas ni fotografiadas. Os pondré algunos ejemplos:
Como vecina me molesta mucho el ocio nocturno (porque además mi dormitorio da a una de las calles más transitadas de Malasaña, es decir, el problema me afecta directamente) pero publicar la imagen de una persona que no se encuentra en plena posesión de sus facultades, bien porque ha consumido una gran cantidad de alcohol u otras sustancias mientras se le graba diciéndole que no se orina en la vía pública, me parece que sobrepasa los límites de la legalidad. Lo mismo sucede con todas esas imágenes que hemos podido ver de peleas, situaciones incómodas e incluso tráfico o consumo de drogas en las calles donde por desgracia hay (o había) narcopisos; respaldarse en el derecho a la información cuando se podría decir que se cruza la línea del derecho a la intimidad, me parece un tema muy delicado. He visto artículos en periódicos o reportajes en la televisión que o no muestran el rostro de la persona o se lo pixelan; si tiene que ser así en los medios de comunicación, ¿por qué se permite en este tipo de cuentas subir instantáneas para que la gente deje su comentario de odio y, en ocasiones, incluso diga quién es esa persona y dé más datos sobre ella?
Pero si lo descrito anteriormente me parece algo poco ético, todavía me parece más dañino cuando se hace con personas que viven en la calle. A ti te puede parecer espantoso o una falta de civismo que alguien orine en la plaza de tu barrio (a mí tampoco me encanta), pero más horrible es que esa persona tenga que dormir a la intemperie y orinar entre los árboles porque no dispone de un baño público cercano. No sé si alguna de las personas que me está leyendo habrá acudido en alguna ocasión a la entrega de alimentos en la zona centro de Madrid para la gente sin hogar, pero os aseguro que es algo que te hace recapacitar y con solo ir un día, te pensarías dos veces si subir la imagen (repito, sin su consentimiento) de una persona de la que desconoces absolutamente todo, incluso qué es lo que le ha llevado a la situación de no tener un hogar y verse obligado a dormir entre cartones en el banco de un parque o debajo de un puente y hacer sus necesidades entre los matorrales. Estoy (casi) al 100% segura de que estaría encantada de contar con un baño con todas las comodidades, posiblemente como el que tienes tú.
¿Y sacar a los artistas callejeros poniendo en duda que cumplan con la normativa de la Comunidad de Madrid? ¿Es tan difícil de entender que posiblemente la mayoría de ellos preferirían estar tocando en un local o actuando en algún teatro? Ya bastante complicado tienen el hecho de poder conseguir las autorizaciones pertinentes (que no se le dan a todo el mundo que las solicita) como para que unos cuantos vayan señalando con el dedo acusador porque les molesta el ruido de un pequeño amplificador mientras se toman su cañita en una terraza.
Sinceramente, este movimiento de «apatrulladores de la ciudad» que utilizan como arma la cámara de sus móviles y multitud de hashtags para conseguir el mayor número de seguidores posibles, añadiendo textos de maestros del civismo cuando utilizan la imagen de personas sin su permiso, me parece cuanto menos cuestionable. Hay algo que se llama el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen, y difundir un vídeo o una fotografía de alguien en condiciones que pueden afectar de una manera muy negativa a sus vidas, es muy inmoral, por muy buena intención (permitidme que lo dude) que tenga quien las realice.
Se puede crear una cuenta de denuncia social que cumpla con sus objetivos sin necesidad de cometer una ilegalidad, pero claro, tal vez la ética y la moral están un poco demodé en las redes sociales y cual publicación patrocinada por Mediaset, el morbo y los límites de lo legal venden mucho más. Si es así, enhorabuena, espero que os convirtáis en los adalides de la justicia en vuestro barrio.
* Os dejo aquí un vídeo muy interesante que trata sobre el uso que hacemos de las redes sociales y de internet en general explicado de una manera muy sencilla. A mí me hizo pensar y estaría bien que todos hagamos exámenes de conciencia y veamos qué errores estamos cometiendo respecto.
Fotografía: www.blog.poprevolver.com